domingo, 21 de diciembre de 2008

El Panteón Sumerio: Inanna.
























INANNA



Del panteón de dioses sumerios y semitas que cuenta con alrededor de 3600 dioses, Inanna era una de las más adoradas: diosa del amor, de la atracción sexual y también de la guerra.
Hija del dios cielo, An y la gran dama luna, Ningal, su nombre parece derivar de la palabra nin-ana que significa “la reina de los cielos”.
Su rito aparece asociado al periodo Uruk entre el 4000 y el 3100 ac, en un momento de explosión demográfica y cambios técnicos entre los que destacan la aparición del arado, del torno alfarero, una especialización metalúrgica, trabajos divididos en unos incipientes gremios artesanos, la aparición de la vela para la navegación y por supuesto el nacimiento de la escritura. Todos estos avances permiten crear las incipientes ciudades-estado urbanas en Mesopotámia y desarrollar los templos de culto a los diferentes dioses.

Uruk sería la ciudad más importante de este período. Contaba con grances edificios y templos estaba bordeada por un gran muro hecho construir por Gilgamesh.

A Inanna se le representa de diferentes formas: como una estrella de ocho puntas, asociada con leones que son símbolo de poder o portando una flor de loto. Se la relacionaba también con el universo de la estrella vespertina y brillante Venus, idea esta que se traspasó posteriormente a la mitología grecolatina. Como diosa de la guerra era invocada antes de la batalla y se le representaba armada con arco y flecha (¿similitud con Atenea?). Con esto podemos ver la doble vertiente de Inanna: como diosa del amor y fertilidad aunque también capaz de destruir los campos y las cosechas y hacer a las criaturas de la tierra estériles.

Su aparición puede considerarse una prolongación a las “diosas madres” neolíticas aunque en la sociedad sumeria su rito se especializó y difundió por los territorios de “entre ríos” llegando a influenciar el universo religioso de las culturas semíticas posteriores (los Akkadios) ya que incorporaron y absorbieron a los dioses sumerios en su panteón. Por ello Inanna se convertiria en la Ishtar akadia, la Astarté Fenicia, la Ashteroth hebrea o la Afrodita griega.

Inanna llegó a tener siete templos erigidos en su honor por el territorio sumerio, aunque fue el templo de Eanna “la casa del cielo” en Uruk el más importante de ellos.

De sus ritos conocemos algunas aportaciones dadas en la epopeya babilónica del dios de la guerra “Erra” donde se critica a uno de los reyes de Uruk por no tratar debidamente al cortejo de “prostitutas, cortesanas y busconas [...] a los chicos alegres que cambiaron su masculinidad por feminidad así como los portadores de dagas, navajas, chuchilas y pedernal ya que estos con sus actos agradan al corazón de Ishtar.” Y es que parece ser que los arrebatos sexuales en plena calle eran una práctica habitual en ciudades como Uruk.

De entre los mítos más importantes relaciondos con esta diosa, cabe destacar su “descenso al inframundo”.

Según la tradición sumeria, Inanna pasa a través de las siete puertas del inframundo para estar presente en los funerales de Ereshkigal, esposo de su hermana mayor y diosa del inframundo. En cada puerta se le requiere quitarse una prenda de ropa o adornos hasta que al llegar a la última puerta se encuentra enteramente desnuda. Sin embargo una vez en el inframundo Ereshkigal, mata a su hermana Inanna por sentarse en su trono y cuelga su cadáver en un gancho en la pared.
Inanna vuelve al mundo terrenal por la intercesión de dios Enki (dios del agua, de la fertilidad y la sabiduria), que envia al inframundo a dos seres neutros (sin sexo) que sienten lástima por el dolor de Ereshkigal. Como muestra de agradecimiento por su empatía, la diosa del inframundo les concede un premio y ellos piden el cuerpo de Inanna, que recobra la vida gracias al “agua y pan de la vida”.
Sin embargo en el inframundo hay unas regla sagrada: nadie puede abandonarle sin que otra persona ocupe su lugar.

Inanna es escoltada por demonios de Eresshkigal y trata de buscar sustituto para ella en el inframundo. Se da cuenta que Dumuzi, su marido, ha estado divirtiendose y portando buenas ropas mientras ella seguía “desaparecida” en el inframundo y enfadada decide que sea su sustituto.

Auque Dumuzi logra escapar por dos veces a su destino con la ayuda de Utu (hermano de Inanna) finalmente es atrapado y terminan matándole. Inanna acompaña a Geshtinanna (hermana de Dumuzi) en el luto y van a ver a Dumuzi. Ereshkigal viendo el dolor de Inanna, permite que Dumuzi permanezca en el inframundo solamente seis meses del año, mientras que Geshtinanna permanecerá los otros seis.

Este hecho quedó ligado al cambio estacional donde cada 6 meses surgian nuevas plantas, aparecían períodos de lluvias o se realizaban las diferentes actividades en los campos. Como podéis ver la correlación con el mito de Perséfone es más que evidente.

Por cierto, para las amantes de la danza oriental os diré que uno de los posibles orígenes de la llamada “danza de los 7 velos” reside en la idea despojarse de las prendas, en este caso un velo, que Inanna realizó en cada una de las puertas por las que pasó para llegar al inframundo.

HIMNO DE EXALTACION A INANNA: escrito por Enheduanna (hija de Sargon de Akkad)

Como un dragón has derramado el veneno en la tierra
Cuando ruges en la tierra como un trueno,
ninguna vegetación puede tenerse en pie frente a tí.
Un torrente descendiendo de su montaña,
Oh, primera entre todos, eres la Inanna del cielo y de la tierra !
Como lluvia sobre y fuego ardiente caes sobre los pueblos,
Dotada de me's por An señora que cabalgas en una bestia
Que tomas decisiones bajo las santas ordenes de An,
Tú, la de los grandes rituales ¿quién puede negarte lo que es tuyo?
(Trad. Federico García Morales)

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, Mar:

Me ha encantado el artículo; la verdad es que desconocía la mayor parte de los datos que aportas. Me ha gustado especialmente el texto del final; es muy hermoso.

Un abrazo.

N e j s r e t dijo...

Lo que no entiendo de algunas civilizaciones antiguas es el sentido de poner como deidad de la guerra a un ser femenino. No veo nada más alejado del espíritu guerrero que lo femenino. ¿Hay alguna explicación?

La historia de Manoli dijo...

Se dice que todos los días se aprende algo nuevo, y desde luego yo leyendote he aprendido algo más de historia que no sabía.

saludos y feliz navidad

Blas de Lezo dijo...

Ishtar, Astarté, Asteroth o Afrodita, símbolos todas de la Guerra y el amor.
El amor y la guerra, a veces piensa uno que son incompatibles, pero creo que las más de estas son realmente imposibles separar; el amor entre dos almas y la guerra de los sentidos de cada una desde sus diferentes castillos vitales.

Cuanto mas conozco, mas leo acerca de los otros mundos que están o han estado en este, mas se da cuenta uno que el actual en el que vivimos no es otra cosa que un estadio más de nuestro paso leve y borroso sobre este local alquilado a nosotros que llamamaos Tierra.

Gracias por tanta luz, Blas

marta dijo...

Imagino que asociar amor y guerra no ha sido idea de las mujeres, sino una transmisión masculina patriarcal que hemos heredado y nosotras no hemos cuestionado hasta ahora.

Si os fijáis, tradicionalmente ellos se han tomado las relaciones de pareja como una suerte de batalla, para conquistar a la mujer, llevarsela al huerto, etc. etc. Tal vez venga por ahí esa asociación...

EGR dijo...

Hola Mar. Me encanta tu blog, es genial. A mí me encanta mucho la historia, sobre todo la Historia Antigua y la del siglo XX (Sobre todo la Historia del Comunismo. A mí también me gustaría mucho visitar Irán, Uzbekistán y algún país árabe o exótico.


Te invito a visitar mi blog:

http://elenagarcia-lavieenrouge.blogspot.com

Un Saludo:

EGR

Mar Romera dijo...

Nejsret, planteas una cuestión sumamente interesante de la que no puedo darte más que mi opinión.

En todas las culturas hay una figura tanto femenina como masculina que son "dioses de la guerra"
En la civilización sumeria ese dios de la guerra era "Erra".
En Egipto están Montu (hombre)y Sejmet (mujer).
En Grecia Marte y Atenea...

Pero por otra parte si partimos de la base de que las diosas como Inanna son la evolución de las diosas madre neolíticas y dado el sistema matriarcal predominante en ese período,no sería de extrañar la importancia de la figura femenina como diosa protectora en las guerras... aunque esto es una mera suposición mía.

Marta, esa observación podría ser acertada.

Si alguien sabe más del tema y le apetece comentarlo bienvenido sea porque así nos aclarará las dudas...

Amando dijo...

Amor tiene mucho que ver con 'a muerte'. «Te comería», «te devoraría» acostumbran a decirse cariñosamente los amantes. ¿Qué 'suena' en esas expresiones? La humanidad tiene decenas de milenios; sabemos, de nuestra condición, desde hace poco más de ¿seis milenios?
¿Qué hemos heredado del tiempo anterior, cuyo contenido configura también (no sin angustia) nuestra sed de saber? La ti-erra, la gu-erra- la... ¡artículo femenino!
Qué diferenciaba, durante todos aquellos oscuros milenios, a la hembra del macho, nada sabemos; y, sin embargo, nos impregna.

Unknown dijo...

¿De dónde sale la afirmación de que una asociación mujer-guerra no puede ser una idea femenina? Yo creo que la asociación de ideas aparentemente contrapuestas podría ir encaminada de la siguiente forma:

amor - fertilidad - cosecha, plantas, el junco, símbolo de Innana - lluvia - tormenta (es la diosa del cielo) - guerra

pero vamos, que yo no soy sumerio, así que me meto en camisas de once varas.

Anónimo dijo...

¿Si quitamos todo adjetivo, qué nos queda? Raza, clase, edad, sexo, todo desechado. Nos queda la mente, la que da forma al amor, la guerra, los blogs... todo nace de la mente y, sí, parece que tiene varios sexos, razas... aunque si le falta alguno de esos elementos, el sexo femenino o el masculino, todo seguirá igual que hace miles de años como nos relata cualquiera de las mitologías conservadas. Por eso todo puede nacer desde la condición femenina, también la guerra.

Anónimo dijo...

Hola